La Historia y Leyenda de Samara – Entre peregrinos, plegarias y piedra sagrada
Samara es el punto de encuentro del último tramo del camino de la luz
La antigua posada del siglo XVII
En el mismo lugar donde hoy se alza Gastrobar Samara Escorial, existió desde el siglo XVII una posada que daba cobijo a viajeros, peregrinos y trabajadores del futuro Monasterio. Las piedras que sostienen nuestro edificio proceden del propio monasterio, lo que nos convierte en uno de los pocos espacios gastronómicos ubicados en una construcción auténtica del Patrimonio de la Humanidad.
La posada de la Fábrica de Chocolate
Aquí descansaban caminantes, obreros, religiosos y más tarde, en el siglo XIX, muchos de los trabajadores de la gran Fábrica de Chocolate, situada justo enfrente. La vida vibraba en este cruce de caminos donde historia y tradición se entrelazaban.


La Leyenda de Samara – Los protegidos de Dios
Cuenta la tradición oral que, en el siglo XVII, una mujer misteriosa llamada
Samara llegó a la posada. Era conocida por sus conocimientos en plantas, hierbas medicinales y remedios naturales. Algunos decían que había sido enviada por órdenes religiosas; otros, que era una peregrina guiada por un don divino.
Samara curaba heridas del camino, preparaba infusiones milagrosas para los trabajadores del Monasterio y velaba por los viajeros que dormían en la posada. Con el tiempo, la consideraron “la protectora de los caminantes”, y muchos creían que quienes pasaban por este lugar quedaban bajo una bendición especial. Así nació la leyenda de Los protegidos de Dios.
Durante las romerías a la Virgen, las carrozas se detenían frente a esta misma esquina para hacer plegarias, pedir salud, trabajo y buen destino. La presencia espiritual de Samara parecía envolver cada celebración.

Los Caminos Reales y la Ruta de los Peregrinos
A lo largo de los siglos, el entorno de Samara fue un punto de paso para los Caminos Reales que conectaban las rutas del norte, por donde viajaban los peregrinos rumbo a la Catedral de Santiago de Compostela, con los caminos del centro peninsular. Muchos de esos viajeros descendían hacia El Escorial siguiendo las mismas sendas utilizadas por caminantes, religiosos y buscadores de sabiduría que recorrían el camino real hacia el Monasterio de San Lorenzo.
La antigua posada que existió donde hoy se encuentra Samara acogió a estos caminantes, ofreciéndoles alimento, cobijo y un espacio donde renovar fuerzas antes de continuar sus rutas. Así, este lugar se convirtió en un punto de encuentro entre historias, creencias y caminos que unían dos de los grandes centros espirituales de España. Ese legado de tránsito, devoción y hospitalidad sigue presente en la esencia del Gastrobar Samara Escorial.
El Monasterio de San Lorenzo: corazón espiritual y patrimonial
El Monasterio de San Lorenzo de El Escorial ha sido, durante siglos, el faro espiritual y cultural que da sentido a estas tierras. Su imponente arquitectura, concebida por Felipe II como símbolo de fe, conocimiento y poder, atrajo a miles de peregrinos, eruditos y trabajadores que dieron vida a todo el entorno. La antigua posada que ocupaba el lugar de Samara ofrecía refugio a muchos de ellos, convirtiéndose en parte del ecosistema humano que sostenía al monasterio. Hoy, su presencia sigue marcando el ritmo de la villa y otorgando al visitante la sensación de estar caminando por un escenario donde la historia aún respira en cada piedra.

Samara hoy: 40 años de historia moderna
Desde 1970 el local funciona como restaurante, manteniendo viva la esencia de hospitalidad que durante siglos definió la antigua posada. Hoy, cada visitante encuentra un espacio cálido, elegante y con alma, donde la tradición se fusiona con una experiencia mediterránea inolvidable.
Una terraza única con las mejores vistas de El Escorial
La terraza de Samara Escorial es uno de nuestros mayores tesoros: un espacio amplio, fresco y sereno considerado por muchos como la mejor terraza de todo San Lorenzo de El Escorial. Desde aquí se contemplan las vistas abiertas a la Sierra de Madrid, en un entorno tranquilo y apartado de la carretera, donde el silencio de los dos parques que nos rodean crea un ambiente inigualable. En verano es la terraza más fresca del pueblo, y en invierno ofrece una perspectiva acogedora frente a las vías de Cercanías Renfe El Escorial, desde donde se aprecia la esencia del paisaje y la vida del pueblo. Es el lugar perfecto para disfrutar de la gastronomía mediterránea envuelto por la belleza natural del entorno.
Victoria: La Guardiana actual de la posada
Victoria, la propietaria de Samara Escorial, es heredera natural del espíritu hospitalario que durante siglos caracterizó a esta antigua posada. Con toda una vida dedicada a la hostelería, ha trabajado y dirigido algunos de los mejores hoteles y restaurantes de Madrid, donde perfeccionó su sentido del servicio, su elegancia en el trato y su visión de la gastronomía como un acto de bienestar.
Además de su trayectoria profesional, Victoria posee un profundo conocimiento en
terapias psicológicas, energéticas y enfoques humanistas, disciplinas que estudia con pasión y que inspiran su manera única de entender el mundo y de acoger a quienes cruzan la puerta de Samara. Su interés por la historia del ser humano, las tradiciones y la espiritualidad se refleja en cada rincón del local, creando un ambiente donde el visitante no solo come: también encuentra calma, autenticidad y un lugar que le habla al alma.
Bajo su dirección, Samara mantiene viva la esencia de la antigua posada: un refugio para viajeros, curiosos, peregrinos y amantes de la cultura que buscan algo más que un restaurante… buscan una experiencia que permanezca en la memoria. Samara aparte de "Los protegidos de la luz" significa camino de luz y este es el punto de encuentro de su último tramo.

